Podemos leer en el reportaje de El País "El agujero educativo es menos profundo":
"En cualquier caso, España destinaba en 2006 el 4,3% del Producto Interior Bruto (PIB) a educación. Sólo por encima de Japón y Chile y por debajo del resto de países. Al otro lado de la estadística se encuentran Suecia (6,8%), Noruega (6,6%), Finlandia (6,1%) y Francia (5,6%). Narbona quiso especificar, a este respecto, que desde 2006, fecha de este dato, a la actualidad, el Gobierno ha incrementado su aportación a educación, llegando al 4,9%. El esfuerzo que sí refleja en el estudio es el gasto por alumno, pero Schleicher advierte de que no sólo se trata de cuánto, sino de cómo se gasta en educación. "En España, la mayor parte del esfuerzo se ha dedicado a reducir el número de alumnos por clase y eso no siempre es lo más efectivo". El reto de España, continúa Schleicher, es aumentar la oferta educativa y mejorar los sistemas de calidad. Una calidad que a veces se encuentra dejando de lado las ideas preconcebidas. Un ejemplo está en el cómputo global de las horas de clase: Finlandia, cuyos estudiantes obtuvieron en último informe Pisa los mejores resultados en ciencias, es de los países con menos horas lectivas (junto con Suecia y Portugal). Para algunos especialistas la calidad no está en las horas, sino en los métodos de enseñanza. En Finlandia, por ejemplo, se forman muchas veces pequeños grupos de alumnos en cada clase, que trabajan juntos. De esta manera, los estudiantes más espabilados arrastran a los más torpes. Pero para trabajar con pequeños grupos hace falta un profesorado especializado."
También se puede leer:
"Una crisis económica que requiere un esfuerzo inversor en Educación, insiste el informe de la OCDE, no sólo para tener una población mejor preparada para recuperar y mantener el crecimiento económico, sino por los beneficios concretos que le reporta al Estado la inversión en que un individuo se forme. Cada joven titulado universitario reportará al Estado español unos 18.000 euros de beneficio, "en forma de más impuestos, y menos gastos sociales", asegura Andreas Schleicher, responsable de los indicadores educativos de la OCDE. La cifra no está mal, pero vuelve a estar lejos de la media de la OCDE: unos 34.500 euros."
Se añade el enlace al informe de la OCDE sobre educación.
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