jueves, marzo 26, 2009

Banco común de conocimientos: desconstrucción, construcción de roles y estrategias de aprendizaje.


Confieso que leyendo la puesta en marcha del experimento de intercambio de conocimientos (Banco Común de Conocimientos) en el IES Antonio Domínguez Ortiz, de la mano del colectivo Platoniq, impulsado por este incansable Juanjo, me he sentido sorprendido por el alcance de la propuesta. En esta experiencia profesores y alumnos encuentran cierta sensación liberadora, tanto en lo referente a los cambios de roles como respecto al distanciamiento de las estructuras curriculares que son en sí mismas objeto y finalidad: estudiar, para reproducir lo estudiado en un examen. Muy bien descritas por este "lince" (nombre de la editorial que le publicó le libro), que no tiene rubor de malgastar su talento para exhibir este curioso sentido del deber:

Los alumnos llegan a primero de Bachillerato (que empieza a los 16 años) ignorando cosas muy básicas pero indispensables para seguir las asignaturas de matemáticas, de física o de latín. Cumpliendo rigurosamente con su deber, un profesor tendría que empezar por el primer tema dando por sabido todo lo que los alumnos tienen que saber. Y los que no lo sepan, que reclamen a la señora ministra, que mantiene un sistema que concede el título de ESO a quien no lo merece.

El profesor de aula, y no sólo él (también el planificador, el experto curricular, el asesor etc) es ante todo un ex-alumno, trata de reproducir los parámetros institucionales en que se formó, y cuando sus prácticas obtienen respuestas que los ponen en peligro, a grosso modo se puede decir que tiene dos opciones: lamentarse y atrincherarse, o plantearse el cambio, lo que tampoco garantiza mejor resultado, sin una elección adecuada del punto de partida. Alterar los principios básicos del sistema tiene mucho de reto personal, un recorrido que tiene que culminar en trabajo en equipo. Asumir nuevas actitudes, cambiar la perspectiva para mirar de fuera a dentro abandonando la prepotencia endogámica, que sólo genera soledad y frustración, es ineludible. Hay que partir de un proceso de deconstrucción y construcción de estrategias y parcialmente de roles, introducir factores que provoquen cambios críticos. Esto afecta al profesorado, pero también al alumno taimado por el propio rol que el sistema tradicional le asigna.
¿Han visto al película "
La clase" ? Aún es posible, gracias al oscar recibido. Deja sin aliento e impotente al espectador: intentar introducir nuevas actitudes, apuntalando a la vez un sistema abocado al fracaso por inadecuación a su entorno, sólo consigue agravar el problema.

Con un poco de paciencia cada uno puede sacar sus conclusiones, realizar su propia lectura, y a eso puede ayudar las reflexiones de Juanjo , la claves del porqué, aquí y ahora en su instituto: "Porque todo esto ha sido, está siendo, un bofetón en toda la cara a esa vieja letanía docente que tanto se repite en muchos sitios: “los alumnos no quieren hacer nada y no quieren aprender nada”. Pues sí, sí quieren, y muchas cosas. Distinto es que no quieran aprender y hacer lo que le decimos nosotros, cómo se lo decimos nosotros y cuando se lo decimos nosotros".
Dejo aquí los enlaces de Banco Común de Conocimientos del colectivo Platoniq que recoge Juanjo y remiten al blog del simposio, siguiéndolos se obtiene una idea clara del desarrollo de la actividad:
Nota: ¿Qué es un banco común de conocimientos?. Más información.

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miércoles, marzo 18, 2009

El talento en secundaria y bachillerato: los otros abandonos.


El Ministerio de Educación se ha decidido a flexibilizar la ley de educación para evitar el abandono del bachillerato de aquellos que cursan enseñanzas musicales en conservatorios y demuestran aptitudes especiales para música, y evitar así la incompatibilidad funcional con el desarrollo de talentos artísticos. No deja de ser unas tímidas medidas basada en exenciones (más bien habría que decir convalidaciones), que sigue sin resolver los problemas que se le plantean a los menores de dieciocho años que necesitan ingresar en el conservatorios superiores. Peor parados salen los deportistas de élite (entiéndase, en formación o ejercicio), que a pesar de que la ley deporte les reconoce el derecho a la flexibilidad, ésta está sin desarrollar y a todo lo que podrán aspirar es a no hacer examen de Educación Física. Con lo cual, no seguirá siendo raro el que se siga planteando abiertamente entre optar por una dura carrera artística o deportiva, que requiere gran dedicación temprana, y los estudios secundarios.

Esta situación resulta inadmisible en otros países, el caso más conocido es EEUU, donde becar jóvenes deportistas en el instituto y la universidad es considerado signo de orgullo, calidad y sensibilidad social.

Lo que allí es un reclamo aquí parece un engorro, en este sistema rígido, que mide la eficiencia en la homogenización de tareas y prácticas, de currículos resultantes de una suma de disciplinas que no distingue entre signficatividad y cantidad, entre evaluar y examinar. Esto se traduce en otros sistemas en un tutor o un equipo que reestructura y optimiza la relación del alumno con el estudio, la actividad y el rendimiento, recompone el espacio perdido por ausencias competitivas, para acabar consiguiendo competencias similares que el resto en jornadas lectivas más breves.

Pero qué se puede esperar de un país donde la FERE (federación de centros privados católicos) mayoritaria en el sector privado, consigue que se anule la posibilidad de cursar el bachillerato de dos curso en tres, con el argumento de que así se "preserva la calidad y la exigencia del sistema educativo". Frente a quienes buscan fórmulas que eviten el abandono escolar, se encogen de hombros, con ellos no va, ni nada tiene que ver con el sentido social de la educación que tantas veces se autotribuye la propia Iglesia. Al fin y al cabo, en los centros de la FERE el abandono escolar no existe, ni se repite: con el inicio de la escolaridad comienza un proceso que selección que deriva de alumnos a los centros públicos. Aunque entre ellos haya excepciones, no son las suficientes para hacer un ejercicio de vocación social y hacerse oír dando la espalda a posiciones tan retrogradas.

Por estos lares, comúnmente, la calidad se confunde con elitismo educativo; y la eficacia con exigencia, que funciona como eufemismo para rehuir toda la responsabilidad sociológica en el fracaso y abandono escolar, endosándosela por completo a los afectados.

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miércoles, marzo 11, 2009

Éxito escolar y apoyos externos.

Dentro de los estudios sobre el sistema educativo hay aspectos a los que no se les ha prestado atención. En la evaluación, más allá de pruebas como Pisa, hay un desierto donde es difícil encontrar algún oasis, sobre todo a la referente a los propios centros. A este respecto me viene a la memoria el plan de calidad de Andalucía y como la afrontan otros sistemas, recuérdese lo que nos contaba José María en Palo TIC sobre el funcionamiento de la Lymm High School.

Uno de los mayores problemas para obtener indicadores es la endogamia, vestida con diferentes ropajes, bien sea de "libertad de cátedra" o de concepciones descalificadores hacia lo que se considera "intromisiones" externas. Sin embargo, cuando se habla de fracaso hay consenso profesional y social: no se puede abordar si la familia no colabora. Totalmente de acuerdo pero dando la vuelta al razonamiento, tendríamos que valorar el papel de la misma en el éxito.

De esta consideración partió una iniciativa para recabar algunos datos sobre la incidencia de los apoyos externos en el éxito escolar, los que provee la familia de forma directa o contratada. Para ello elaboré un pequeña encuesta de seis preguntas muy simples, un cuestionario en Google Docs que envié a dos colectivos distintos, uno mi lista de correo de profesores que dependen de mi centro trabajo (Berritzegune B03) y al foro del grupo de bloggers, Aprendices. La encuesta consistía en recoger algunos datos de cualquiera que esté cursando o haya obtenido el título de la ESO junto con o sin bachillerato (LOGSE).

Los resultados, no son muy amplios, pero si indican una tendencia clara y fácil corroborar:

- En la ESO se obtuvieron 57 respuestas. De estos 24 titulados de ESO, el 42%, tienen o necesitaron apoyo extraescolar en una o varias asignaturas: 9 con apoyo familiar directo y 14 contratado. Otros 33, el 58 %, no necesitan o no necesitaron apoyo.

- En el bachillerato el balance es distinto, sólo respondieron 19 la encuesta. De estos, 12, el 63% reciben o recibieron apoyo (familiar 2 y contratada 10); frente a 7, el 37%, que no tienen o no hicieron uso de ayudas de forma sistemática.

El perfil social de los encuestados corresponde, salvo excepción, a hijos de profesionales y en el caso de la ESO la mitad de las encuestas las contestó el tutor de un grupo de 4º de un centro privado.

Conclusiones:

- El apoyo extraescolar juega un importante papel en el éxito escolar, imprescindible para que el sistema se sostenga y hablemos de tasa de abandono y no de permanencia. Posiblemente esté en la base del fracaso la carencia de recursos o de sensibilidad para acceder a apoyos.

- Si se facilita la salida del sistema comprensivo a otro similar a la antigua formación profesional, desviaría prematuramente al alumnado con menos recursos.

- Hoy que aparece la noticia de que la justicia, a instancias de la FERE, no permite dividir en tres los dos cursos de bachillerato para paliar las consecuencias del alto índice de suspensos. Cabe preguntarse que parte de responsabilidad corresponde al diseño y cual a la puesta práctica.

Por último, si después de 6 horas de clase necesita prolongar la jornada, no se puede decir que no se exija esfuerzo al alumnado, otra cosa es que se haga de la forma adecuada. Haberlo haylo, más allá de lo que se imagina.

Y puestos a ironizar, cabría proponer certificar la eficacia de las academias implicadas, siempre sería una garantía en la elección.

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lunes, marzo 02, 2009

Uso correcto del lápiz de memoria con MAC

Si eres usuario de lápiz de memoria en MAC, probablemente hayas observado que el espacio va disminuyendo (aun expulsándolo correctamente) porque una carpeta oculta guarda copia de los datos que vas borrando. La solución es sencilla: después de borrar los archivos vaciar la papelera siempre con el lápiz de memoria conectado. Esto sucede porque el MAC guarda los archivos ocultos para poder restaurarlos desde la papelera si te arrepientes del borrado. En Blogoff tienes más detalles y te explica como formatearlo desde el Finger haciéndolo compatible con Windows, como se ve en la imágen.


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