La evaluación no sólo examina al alumno, también de forma involuntaria todo el proceso, incluida la propia evaluación. La función de la enseñanza obligatoria es dotar de las competecias necesarias para desenvolverse y seguir aprendiendo dinámicamente para integrarse laboral y socialmente o proseguir otros estudios, pero esto no es evaluable directamente. La evaluación escolar tendría encomendado ese carácter funcional.
El tema es complejo, y ha dado lugar algunas "equívocos" que todavía se oyen:
- Los conocimientos no importan: si importan y mucho. Sólo que habría que tener claro el qué para qué de un conocimiento y eso no es posible sin tener un buen dominio epistemológico, que no es lo mismo que tener vocación de libro de texto.
- Lo importante son los prodecimientos. Pues no, las disciplinas sociales son eminentemente conceptuales. Sin hechos y datos no hay forma de acercarse a los conceptos, pero no son relevantes por sí mismos.
- Lo importante es desarrollar las capacidades. Depende lo que se entienda por ello: léase en La Mirada Pedagógica la diferencia entre conocimiento, capacidad, habilidad y competencia.
La semana pasada escribía en Zibereskola sobre "El no esfuerzo y la no evaluación " y terminaba diciendo que había que retomar el espíritu de la reforma. SI las TIC, no se mueven dentro de estos criterios tampoco es relevante que se utilicen o no, no deben servir para añadir aún más datos sin ton ni son a los ya gratuitos de los libros de texto, aunque se vistan de ese cierto "activismo" como trabajos.
1 comentario:
Muy bien Miguel. La verdad, es que no podría estar más deacuerdo. Estoy harta del papanatismo educativo.
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