jueves, septiembre 07, 2006

El síndrome del elevalunas

¿Por qué producirá tanto respeto este síndrome? Es que le acompaña hasta tonsura y aureola de santidad.
Copio el primero y último parrafo.

Leído en http://www.libertaddigital.es/opiniones/opi_desa_33204.html
Enrique Dans

Es un recuerdo de mi infancia que me asalta con cierta frecuencia. Lo conozco como "el síndrome del elevalunas", y corresponde a algo de hace ya muchos años, de cuando los automóviles empezaron, primero en sus gamas más altas, a incorporar una prestación hasta entonces prácticamente desconocida en nuestro país: el elevalunas eléctrico. Para los jóvenes de la época, el elevalunas eléctrico era una especie de magia. Era un bien escaso, que normalmente el coche de la familia no tenía, y únicamente podías ver cuando algún afortunado amigo te llevaba en el suyo. Cuando eso sucedía, intentabas buscar cualquier excusa para utilizarlo, para satisfacer tu curiosidad haciendo subir y bajar con cierta fascinación la ventana, con ese zumbido que sustituía a la pesada tarea de darle a la manivela. Todo ello ante las protestas del propietario del coche, que insistía en que el aparato se rompería si lo utilizabas. Y cuando, fascinado por el elevalunas, lo comentabas con tu padre o alguna otra persona que no lo tenía, la reacción era siempre muy parecida, consistente en una frase del tipo: "eso es una estupidez, no vale para nada, si se te estropea, te quedas completamente colgado, con la ventanilla abierta, y seguro que te cobran una barbaridad por arreglarlo... No lo quiero ni regalado"...

...Aprenda a reconocer el síndrome del elevalunas. Y la próxima vez que lo sufra, ya sabe póngase media hora de cara a la pared, y haga girar una imaginaria manivela. Verá cómo, tras hacerlo, se encuentra mucho mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos que la mente humana esta preparada para olvidar lo peor de los acontecimientos que le suceden en la vida.
Debe ser cierto, sino el hombre no hubiera podido superar tanta guerra,tanta catástrofe histórica y renacer de sus cenizas cual Fenix con la mente lavada y limpia.
Es algo exagerado pero supongo que el hombre genera un automecanismo de defensa contra lo desconocido o inaccesible.
Todo la nuevo produce incertidumbre y desconfianza hasta que se convierte en rutina aprobada.
Antes el elevalunas eléctrico..¿envidia o rechazo a lo novedoso?
Ahora un Tom-tom...alguien lo considerará superfluo ante un callejero...pronto vendrá de serie en todos los automoviles.
El tiempo hace rutinario a la vanguardia y cotidiano a lo útopico.
Tiempo al tiempo.