viernes, junio 06, 2008

Décadas uniformando lo uniformable

Hace unos días al publicar un vídeo, dije que con frecuencia sobrevaloramos el papel del sistema educativo, aunque es una sensación que no sabría constatar, creo que también afecta a la anacrónica imagen que como profesores heredamos del sistema que nos formó, que mantiene algunas constantes desde la época anterior al sexto y revalida. Por cierto, en aquella prueba, me hicieron una pregunta sorprendente, no estaba en los libros de texto ni pertenecía ninguna disciplina, y mire usted, por mis veleidades lectoras pude contestarla: ¿Cómo se fijan los precios?.

Volviendo a la idea de la sobrevaloración, ésta me surge cuando se hace a la "escuela" responsable de enmendar todos los males habidos y por haber de los jóvenes, o cuando me cuentan que en otros lugares permiten al alumno fijar su propio currículo, objetivos y ritmos, asesorado por un tutor, y me pongo a pensar en la rigidez de los sistemas curriculares, metodológicos y organizativos que aquí parece que necesitamos para protegernos del caos y de la mediocridad . Desmitificar la uniformidad en pro de la diversidad facilita que cursen otro tipo de enseñanzas, como las artísticas, se preparen como deportistas, compaginen estudios con otras tareas laborales, ayuden a superar el fracaso o simplemente porque el sistema se organiza así.

Lo último que he conocido sobre este tema es el sistema Fontán, con quien tuve la fortuna de tener una larga conversación hace unas semanas. Merece la pena echar un vistazo a su WEB, que por lo que entiendo (a mí nadie me paga el viaje) tiene ciertas semejanzas con el de Finlandia.
(Por cierto, le sorprendió que una gran parte del alumnado de la ESO y Bachillerato necesitara de ayudas externas).

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