miércoles, marzo 26, 2008

Nuevas pautas: trabajar mientras se estudia.

Una zona industrial, como es la Comunidad Autónoma Vasca, requiere cada vez de mano de obra especializada, exigencia que sólo se puede cubrir desde la Formación Profesional. Atrás quedaron los tiempos en que se salía de escuela y se formaba con la experiencia laboral en la empresa.

Esa falta de estudiantes, especialmente para los ciclos de corte industrial, está impidiendo acometer el relevo generacional en las empresas, según se recoge en la noticia en El País, los alumnos estudiarán por las mañanas y trabajarán por las tardes en unos nuevos ciclos de tres años de formación profesional. No se cuestiona el principio de comprensividad del sistema educativo, en el sentido de que no supone una derivación prematura al mundo de la formación profesional o laboral, se exige a los alumnos disponer de bachillerato para integrarse en estos ciclos experimentales. Esta parece ser la demanda, mano de obra con buena formación básica. Y es precisamente una de las razones para ampliar la educación obligatoria hasta los dieciséis años como recomienda la OCDE, asumida por los países de la UE.

Ahora bien, de la experiencia se podrían tomar ideas y sacar conclusiones que marquen el camino a ajustes (también de proceso y evaluativos) para resolver algunos problemas de fracaso escolar con rechazo en la ESO, siempre cuando no suponga retrotraer el sistema educativo a la época de doble itinerario alternativo (FP 1 o Secundaria) y dar soluciones simples a problemas complejos, que deberían abordarse desde la flexibilidad y no desde el selectivismo o las vías de segregación temprana.


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