Confieso que leyendo la puesta en marcha del experimento de intercambio de conocimientos (Banco Común de Conocimientos) en el IES Antonio Domínguez Ortiz, de la mano del colectivo Platoniq, impulsado por este incansable Juanjo, me he sentido sorprendido por el alcance de la propuesta. En esta experiencia profesores y alumnos encuentran cierta sensación liberadora, tanto en lo referente a los cambios de roles como respecto al distanciamiento de las estructuras curriculares que son en sí mismas objeto y finalidad: estudiar, para reproducir lo estudiado en un examen. Muy bien descritas por este "lince" (nombre de la editorial que le publicó le libro), que no tiene rubor de malgastar su talento para exhibir este curioso sentido del deber:
Los alumnos llegan a primero de Bachillerato (que empieza a los 16 años) ignorando cosas muy básicas pero indispensables para seguir las asignaturas de matemáticas, de física o de latín. Cumpliendo rigurosamente con su deber, un profesor tendría que empezar por el primer tema dando por sabido todo lo que los alumnos tienen que saber. Y los que no lo sepan, que reclamen a la señora ministra, que mantiene un sistema que concede el título de ESO a quien no lo merece.
El profesor de aula, y no sólo él (también el planificador, el experto curricular, el asesor etc) es ante todo un ex-alumno, trata de reproducir los parámetros institucionales en que se formó, y cuando sus prácticas obtienen respuestas que los ponen en peligro, a grosso modo se puede decir que tiene dos opciones: lamentarse y atrincherarse, o plantearse el cambio, lo que tampoco garantiza mejor resultado, sin una elección adecuada del punto de partida. Alterar los principios básicos del sistema tiene mucho de reto personal, un recorrido que tiene que culminar en trabajo en equipo. Asumir nuevas actitudes, cambiar la perspectiva para mirar de fuera a dentro abandonando la prepotencia endogámica, que sólo genera soledad y frustración, es ineludible. Hay que partir de un proceso de deconstrucción y construcción de estrategias y parcialmente de roles, introducir factores que provoquen cambios críticos. Esto afecta al profesorado, pero también al alumno taimado por el propio rol que el sistema tradicional le asigna.
¿Han visto al película "La clase" ? Aún es posible, gracias al oscar recibido. Deja sin aliento e impotente al espectador: intentar introducir nuevas actitudes, apuntalando a la vez un sistema abocado al fracaso por inadecuación a su entorno, sólo consigue agravar el problema.
Con un poco de paciencia cada uno puede sacar sus conclusiones, realizar su propia lectura, y a eso puede ayudar las reflexiones de Juanjo , la claves del porqué, aquí y ahora en su instituto: "Porque todo esto ha sido, está siendo, un bofetón en toda la cara a esa vieja letanía docente que tanto se repite en muchos sitios: “los alumnos no quieren hacer nada y no quieren aprender nada”. Pues sí, sí quieren, y muchas cosas. Distinto es que no quieran aprender y hacer lo que le decimos nosotros, cómo se lo decimos nosotros y cuando se lo decimos nosotros".
Dejo aquí los enlaces de Banco Común de Conocimientos del colectivo Platoniq que recoge Juanjo y remiten al blog del simposio, siguiéndolos se obtiene una idea clara del desarrollo de la actividad:
- Primera sesión del taller de BCC de Platoniq
- Segunda sesión del taller de BCC de Platoniq
- Tercera sesión del taller de BCC de Platoniq
- Cuarta sesión del taller de BCC de Platoniq
- Quinta sesión del taller de BCC de Platoniq
Nota: ¿Qué es un banco común de conocimientos?. Más información.
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1 comentario:
Jeje, de "incansable" nada, que uno se cansa, aunque no lo parezca. Muchísimas gracias, otra vez, por ayudarnos a difundir posibilidades absolutamente reales de éxito a todos los niveles.
Un abrazo.
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