La mayoría del profesorado parece inclinarse por la continua. Se esgrime el argumento que por la tarde rinde menos el alumnado, en realidad creo que es bastante gratuito, y no veo por ningún lado la ventaja de que se puedan tener jornadas de seis y hasta siete horas sin una parada de descanso y comida. Tan problemática puede ser la excesiva duración de la misma que hace que las clases terminen después de las cinco, lo que tampoco ayuda a aquellos alumnos que tienen otro actividad, a veces muy importante educativamente e incluso para su futuro profesional, o sencillamente estudio u ocio.
En el País Vasco en la enseñanza pública la parada más común es de una hora o a la sumo hora y media para comer en el comedor (el que vive cerca puede ir y volver), con lo que a las cuatro o cuatro y media ya han terminado las clases. Un término medio, que además concilia mejor con la jornada laboral de las familias.

2 comentarios:
El tema es más peliagudo de lo que parece. Si consultamos a un médico dietista cuál es el tiempo recomendable para comer y descansar antes de reiniciar el trabajo, seguro que no responde una hora.
Yo recuerdo a mi abuela decir: "Después de comer, ni un sobre escrito leer".
La sabiduría popular, ya se sabe.
Ya... creo que ni yo debería ir a la oficina, si no es en ayunas.
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