jueves, octubre 13, 2011

En qué se parecen las leyes a los calcetines.

 

 Imagen Flickr: Roger´s Wife

Las leyes funcionan como los ecosistemas, son dependientes una de otras, comparten un hábitat que llamamos legislación, la aplicación u omisión de cada una afecta más allá de los rangos jerárquicos, porque se establecen relaciones complejas. La utilización errática  de unas e intensiva de otras,  facilita la aparición de situaciones disruptivas, desperdicio recursos y cambios en cadena complejos de prever. Ahora que la palabra recorte se ha convertido en el término la estrella de las preocupaciones ciudadanas, no estaría mal dar relevancia a otros términos como optimización: el ahorro también se obtiene de la mejora resultados.
 Sirve  de ejemplo (mejor diría, mal ejemplo), lo que viene sucediendo desde hace dos décadas  en los servicios de apoyo a la docencia en el País Vasco, berritzegunes, como se denominan oficialmente estos  centros. La ley de Cuerpos Docentes  de 1993 determina que la provisión de las plazas se haga por concurso de méritos entre funcionarios docentes. Una vez hecha la selección, se les adscribe a sus puestos hasta completar las evaluaciones que se determinan en un período de seis años, después del cual se fijan a la plazas con carácter definitivo. Este sistema, pretende conseguir un nivel óptimo de cualificación y adecuación de perfil de sus integrantes, pero curiosamente, una fórmula tan exigente, al menos sobre el papel,  sólo se ha utilizado una vez, en el 2001. 
 Antes y después se ha postergado la aplicación sustituyéndose por  comisiones de servicio, para la que se  piden algunos méritos que permitan seleccionar a los candidatos, pero nada tiene que ver con el sistema que la ley arbitra. Los partidarios de que estas plazas nunca lleguen a ser cubiertas en propiedad definitiva (por eso, de evitar la huida de la tiza) han encontrado horma al zapato, porque se ofrece la renovación automática de las comisiones de servicio, con lo que cada "comisionado" retiene dos plazas indefinidamente, o hasta que considere oportuno renunciar, la de los servicios de apoyo  y la que tiene en su centro.
 Las consecuencias de obviar el sistema de provisión que marca ley  no acaba aquí y amenaza al crédito de  los servicios de apoyo. La afluencia de candidatos a estas comisiones de servicios sigue en una tendencia decreciente, hasta el punto que ya este año se han admitido interinos en la convocatoria y se han hecho dos, en junio y septiembre. Aun así, éste curso no será una excepción, algunas  plazas se tendrán que cubrirse  por personal en expectativa de trabajo, por el mismo sistema por el que se sustituyen las bajas, sin más requisito que el orden y la disponibilidad. Mientras quedan fuera  funcionarios,  porque no cumplen requisitos de la convocatoria,  como  uno de los casos por la exigencia de  3 años de servicios públicos.
 A todo ello se une la política retributiva que  no mide las consecuencias de tener tres tipos de plazas (A, B, A/B)  y dos sistemas retributivos. El personal definitivo (cada vez más escaso) que tiene la responsabilidad de sostener el servicio y su continuidad puede  estar peor pagado  que el de comisión de servicos e incluso que el interino, en función del cuerpo o la referencia al mismo, aun ocupen plazas paralelas como las (A/B).
 Y que tiene que ver el título con toda esta historia, sencillo: a veces a  las leyes son como los calcetines, se les da la vuelta, y se lleva uno del derecho y otro del revés, sin que ni siquiera el usuario se percate.


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1 comentario:

lujanmejias dijo...

¡Què razón tienes!