El exceso de actividad es un recurso muy común para escapar de la reflexión, una fuga hacia adelante. El problema es cuando eso toma un magnitud social impulsado por nuevas formas de socialización derivadas del desarrollo tecnológico: "cuando te conviertes en una creación mediática -porque lo que construimos a través de nuestra persona pública es un personaje-, cada vez pensamos más como actores que interpretan un papel frente a una audiencia y encapsulamos emociones en pequeños mensajes".
"La habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más. Yo simplemente me limito a alertar sobre la dirección que estamos tomando y sobre lo que estamos sacrificando al sumergirnos en el mundo digital. Un primer paso para escapar es ser conscientes de ello".
Lo dice Nicholas Carr en una entrevista a propósito de su libro.
Yo no creo que haya nunca marcha atrás, pero si diferentes rutas y planes de viaje, y como el de Ithaka de Kavafis, el destino está en el camino, no en la conclusión.
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"La habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más. Yo simplemente me limito a alertar sobre la dirección que estamos tomando y sobre lo que estamos sacrificando al sumergirnos en el mundo digital. Un primer paso para escapar es ser conscientes de ello".
Lo dice Nicholas Carr en una entrevista a propósito de su libro.
Yo no creo que haya nunca marcha atrás, pero si diferentes rutas y planes de viaje, y como el de Ithaka de Kavafis, el destino está en el camino, no en la conclusión.
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