viernes, diciembre 12, 2008

Disciplina y “disciplina”: información y estrategia.

La disciplina se ha convertido en el mayor problema para nuestro sistema educativo, tan “disciplinar”, que si por sinergia fuera aún tendríamos más “disciplinas”, pero no por ello más disciplina. A veces tengo la sensación que nos vemos atrapados en bucles donde la endogamia es la peor consejera: no nos permite tomar distancia para ver los problemas.
Esto viene a cuento de lo que me contaba un ex-alumno que trabajó recién estrenada la reforma un curso en la ESO, antes de ir a parar al mundo de la empresa. Le pedí que me hiciera un post, pero solo accedió a que publicara su experiencia a modo de opinión, como el interés es más mío que suyo lo dejaremos sólo con el nombre de pila, Gorka.

- Gorka, ayúdame a resumir tu experiencia de paso por la enseñanza secundaria a final de los noventa.
Hice dos sustituciones en institutos, una de tres meses y otra de seis, antes que me llamaran a una entrevista para el trabajo que tengo actualmente. En la primera me salvo la campana, empezaba a estar desbordado, cuando llegó mi sustituido. Como sabes, me nombraron en los primeros días de septiembre y en el centro me dijeron hasta una semana después que empezaran las clases podía irme. Cuando entré en el aula no tenía ni idea que una parte del alumnado provenían de medios sociales con dificultades de integración, con fracaso escolar acumulado y problemas serios de conducta que se hicieron patentes desde el primer momento, que cuatro alumnos inmigrantes no hablaban castellano, aunque eso resultó ser el menor de los problemas. Tampoco que me correspondía una asignatura opcional sin definir, que los alumnos tardarían más de un mes en llevar los libros de texto y tendría que hacerme antes con material. No hubo reunión previa entre el equipo de profesores.

- ¿Ninguna reunión…?
Un claustro el día antes que no me aportó nada, ni siquiera protocolos básicos.

- ¿Era la disciplina el primer obstáculo?
La disciplina era una consecuencia de la organización inadecuada. Expulsar a algunos de clase no era fácil, se revelaban, y mantenerlos dentro tampoco, provocaban. Y eso que hacían novillos a las clases de primera hora de la mañana, lo que daba un respiro. Hasta un mes después no se tomaron medidas para controlar los pasillos. El deterioro de la convivencia fue muy rápido, pero estaba muy localizado en unos pocos alumnos que hacían de catalizadores, cuando el clima falla, falla todo en la misma medida.

- Te he entendido que se buscaron soluciones.
Siempre por detrás del problema, para paliar efectos, nunca preventivas. No obstante, tres meses después me fui y no sé como evolucionó la situación.

- ¿Qué se podría haber hecho que no se hizo?
Entonces no se me ocurría nada, era principio de curso y lo que despertaba mayor interés era negociar cambios en el horario personal que lo hicieran lo más cómodo posible. El mío, como yo era nuevo, acabó siendo un despropósito, dos días de ocho a doce, y tres en jornada partida de ocho a once y de tres a cinco. Sólo se estaba en el centro estos periodos mínimos de clases y guardias, no había ninguna reunión, cada profesor era una isla. También llegué a creer que más dedicación era regalar tiempo sin ninguna compensación. Ahora pienso que una compensación básica es poder trabajar con menos estrés, aunque haya que pagar un precio por ello.

- ¿Cómo se podría haber planteado?
Lo comparo con mi trabajo actual. Cuando contratan nuestros servicios siempre recabamos primero información, si vislumbramos que pueden aparecer conflictos graves seguimos pidiendo datos y elaboramos un plan en equipo. En estos casos solemos trabajar dos, uno actúa de observador externo para volcar sobre el que interviene su análisis a fin de validar o ajustar la intervención.

- Esto es perfectamente aplicable.
Sí y no. A la obligatoriedad de la enseñanza secundaria y ampliación de la escolarización dos cursos se debería haber respondido con cambios organizativos y una mentalidad adecuada, objetivamente la situación en los institutos es más compleja que la anterior. Los profesores que provenían de la EGB se sentían liberados de horario, los de medias querían mantener su modo y condiciones de trabajo, seguir siendo sólo profesores de asignatura, y esto jugaba en contra.

- ¿Se repetía el mismo esquema en el segundo centro?
Aparentemente no, la organización era mejor y el grado de compromiso bastante mayor, la administración todo lo fía a la buena voluntad individual o colectiva. La satisfacción es muy importante, el salario no basta para gratificar a los profesionales, necesitan de buen clima de trabajo y resultados, pero existía la sensación de quedarse a medio camino, se carecía de los dos pivotes fundamentales: información y estrategia.

(Acaba de publicar el Departamento de Educación de Gobierno Vasco el nuevo “Decreto de Derechos y Deberes del Alumno” que tipifica y quita burocracia la aplicación de sanciones, lo que puede redundar en la eficacia de las mismas).


Suscríbete

No hay comentarios: