No sólo está bien visto sino que se considera de laudable conciencia social mancharse las manos de tinta exigiendo que los centros concertados escolaricen una proporción de emigrantes similar a los públicos. Pero lo que más me sorprende es que no produce ningún pudor achacar los índices de fracaso escolar en la enseñanza pública a la presencia en demasía de los emigrantes en las aulas. La carga ideológica de noticias tan frecuentes como ésta merecería analizarse, provocar rechazo y estupor, como ha ocurrido alguna vez al otro lado de los mares. Algo vale que no siempre se hacen eco de ellas.
Tal situación es menos cierta en unas zonas que en otras. En las comunidades con lengua propia, el porcentaje de escolarización en determinados centros concertados es mayor. En parte se debe a que en la enseñanza pública el modelo con enseñanza en castellano es residual. Se podría haber caminado hacia el bilingüismo integral (ambas lenguas vehiculares), pero se optó por potenciar la propia, como compensación al predominio social de la común. Cuando un emigrante solicita la matrícula puede que tenga una edad poco idónea para comenzar la escolarización de inmersión en otra lengua, que se considere de paso por la comunidad, que la materna sea el español y no quiera ver condicionados los resultados escolares a los refuerzos y apoyos lingüísticos que se le brinden. Y si la desconoce, parte de una situación radicalmente distinta a la habitual, lo que altera las prioridades lingüísticas.
Hagamos un ejercicio de empatía e imaginemos que somos nosotros quienes emigramos, que vemos como se nos apunta como principales contribuyentes al fracaso escolar de la enseñanza pública del país de acogida; y en algunos casos, obligados, por imperativo social, a escolarizar a nuestro hijos en una lengua local, sea país de habla hispana o no. Difícil hipótesis, porque son escasos los ciudadanos de los países más ricos de la UE que no tengan en el extranjero un centro adecuado a su idiosincrasia y expectativas.
Como no hay soluciones mágicas a situaciones complejas, no estaría mal ser un poco más sensibles, menos correctos políticamente, y leer de vez en cuando el cuento de Monterroso: El eclipse (por cierto, utilizado en una magistral caza del tesoro de Bea Marín). Nuestro "iberocentrismo multicultural" no es el ombligo del mundo.
2 comentarios:
He leído la noticia que mencionas: sin comentarios. por lo demás, estoy de acuerdo con el post y, sobretodo, con eso de ser de vez en cuando políticamente incorrectos. Por cierto, el cuento "El eclipse" muy bueno.
Lo que no he enlazado es la reacción a la noticia, porque ya lo ha hecho anteriormente. Es curioso, que siendo una noticia del año pasado, parezca que cada día es actualidad, es lo que impulso a utilizarla de nuevo.
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