El principal soporte curricular, y el recurso más determinante sigue siendo en términos generales el libro de texto. Las editoriales ya acostumbran a acompañarlos de un CD de apoyo, algunas experimentan con recursos on line , tanto de pago como gratuitos, pero no son más que complementos. ¿Cómo habría que usar en ese contexto los libros de tradicionales repletos de contenido? ¿Los sustituimos por currículos editoriales on line? ¿Qué papel se les reserva a las no tan nuevas fuentes de contenidos? ¿Qué connotaciones curriculares, metodológicas y lingüísticas tiene trabajar "en red" y en la red?
En mi opinión la respuesta no está ni en una ni en todas estas preguntas, aunque la formulación sea inevitable. Una utilización coherente, que suponga un cambio real, requiere de intensificar unas prácticas en perjuicio, e incluso abandono, de otras. Por un lado, están las metodologías que se basan en "contenidos" de lo que se ha dado en llamar sociedad del conocimiento, materiales cooperativos y recursos tecnológicos 2.0, que convierten en un sin sentido sentarse frente a un ordenador para ver contenidos en pantalla y memorizarlos para un examen o imprimirlos para recopilarlos en papel.
Por otro, fórmulas de organizativas que alteran sustancialmente el funcionamiento tradicional. Este curso he tomado contacto con el sistema Fontán que se aplica en centros de Colombia. Tengo que decir que todo lo que sé es de forma indirecta por las presentaciones y conversaciones con el propio Julio Fontán. El primer cambio llamativo es la función del profesorado: analistas de materia o tutores. El alumnado cursa el currículo marcado por la ley, pero cada uno tiene su propio itinerario y ritmo. Durante la jornada escolar realiza los trabajos encomendados por el analista, que puede continuar fuera del centro e incluso estar ausente por un tiempo. Eso no quita que haya otro tipo de actividades de campo o colectivas con diferentes implicación. El profesorado hace el seguimiento, evalúa y retroalimenta los procesos. La utilización de las TIC facilitan la plasmación en un espacio privado en la red o intranet con acceso externo. El final y comienzo del curso de cada alumno puede no coincidir con el periodo "natural", se hace efectivo cuando todas las tareas terminan satisfactoriamente, lo que supondría la excelencia. Este sistema relacional se rige por un principio que es todo un clásico como el "principio de actividad", renovado por el cono de Dale , frente a sistemas que priman la escucha, la homogeneidad y la clase como preparación del estudio que desemboca en un examen. No sé como se puede encomendar la medida de las "dichosas competencias" a sistemas generalizados de exámenes de preguntas o ejercicios secretos, sin "chuletas" y en hojas en blanco. ¿Es que trabajamos de esa manera?
Otras tecnologías, como el aula multimedia, la PD (ordenador+ proyector) o PDI (interacción sobre la proyección) son interesantes, pero por sí mismas no conllevan ningún cambio importante. Suponen una "modernización" de los recursos, pero su fácil implantación va unida a que no exigen grandes cambios, permiten reforzar los sistemas tradicionales expositivos, que con las excepciones que se quiera, son los más extendidos. Y los más paralizantes. Entradas relacionadas:
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2 comentarios:
Hermosura de reflexión. Al final das en el clavo. ¿Podrías presentar propuestas entorno a la calificación/evaluación?
Yo utilizo métodos diversos: observación en el aula, trabajos en la red, pero todavía me da un poco de yuyu eliminar la prueba escrita aunque pierda peso respecto a la calificación final.
¿Alguna propuesta?
Tú tienes mejores propuestas que yo, acabas de hacerlas.
Sencillamente cuestiono que cuando trabajamos hacemos uso de todos nuestros recursos para resolver situaciones y cuando nos examinamos parezca "natural" que el "asunto" tenga fiarse a toda nuestra memoria.
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