martes, abril 05, 2011

Optimizar, innovar, invertir: la secuencia.

El  Departamento de Educación ha llegado a un acuerdo con las  patronales de la enseñanza privada concertada sobre  el marco  que regula la incorporación  de sus centros  a los proyectos de experimentación  de educación trilingüe. Los centros públicos  se rigen por una convocatoria específica
El acuerdo, según leemos en al prensa,  contempla una ayuda de de 700.000 € para la puesta en marcha de los proyectos  en 27 nuevos centros unidos a los 24 del curso pasado. A esa cantidad se suman 800.000 € para la formación del profesorado. Haciendo un hipotético reparto de los 1,5 millones de euros en los 51 centros no salen 29.411 € por centro, que se desglosarían en 13.725 € para el centro y 15.686 para la formación.

 En la enseñanza pública la condiciones son diferentes. Se oferta de 2.000 o 3.000 € euros y un crédito horario de ⅓  o ½ de jornada según sean uno más grupos los implicados. Los 13.725 €  que se da a los centros privados de media para la puesta en marcha, puede aproximarse al costo de un tercio o media jornada según se trate de  profesorado (Primara o Secundaria) sin conceptos de antiguedad. Para la formación no se cuantifica, la convocatoria señala que se  organizarán actividades específicas y se dará  prioridad en otras.  

Vamos a hacer una extrapolación a uno de los proyectos estrella del anterior Departamento de Educación, conocido como “Madurez TIC”, que concedía también media jornada de crédito horario al dinamizador. Tomando a cifra 13.725 € como referencia del costo de media jornada, podríamos hacer el siguiente cálculo a lo largo de los tres años que se extendió: 1.372.500 para los 100 centros del primer año, 2.745.000 para los 200 centros del segundo año, y 4.117.000 para los 300 que se acumularon en el tercero, total 8.235.000. A estas cantidades  habría que sumar las partidas destinadas a terceros, para el diseño, pago de servicios, homologación de aulas por el ESI etc. Todo esta inversión se tradujo en un fracaso  estrepitoso, sobran  dedos de una mano para contar los centros que consiguieron el primer nivel de acreditación  de los cinco previstos, se consideraba uno al año como objetivo irrenunciable. 

Esta es una lección que no debiera de olvidarse, aprender de los fracaso es una forma de rentabilizarlos. Nada más iniciarse el proceso se detectaron los problemas de diseño que a la postre impidierían las acreditaciones, pero ni se revisaron ni se pusieron medios para superarlos. No obstante, de esta inversión han podido sacarse algunos beneficios que podríamos considerarlos como valores añadidos: el proyecto impulso la creación de algunas aplicaciones de gestión y dejó a la mayoría de los centros que participaron en mejores condiciones para abordar el plan Eskola 2.0 de esta legislatura. 

El plan Eskola 2.0 ha desbordado los objetivos de la vertiente educativa de “Madurez TIC”, y la puesta en marcha en la escuela pública ha seguido un camino bien distinto.  Dejando de lado el costo de las dotaciones (netbooks, PDIs y accesos WIFI)  es un ejemplo de una buena utilización de recursos, optimizando los ordinarios de los centros para echarlo a andar y de los berritzegunes para la formación del profesorado. Aunque algunos no ahorren descalificaciones por la  puesta en marcha no exenta de problemas por la rigidez, la falta definición, el miedo, la improvisación, no podemos dejar de reconocerlo si lo miramos desde el punto de vista ciudadano. Además, se trata de un plan  generalizado a todos los centros, bastante más complejo que los mencionados anteriormente, y que por sus características puede ser el mejor soporte a la educación trilingüe;  pero en  ello no se ha pensado, ni siquiera parece verse clara la potencialidad innovadora, más allá del discurso vacuo  de la “herramienta”. 

Optimizar, innovar e invertir, ésta podría ser la secuencia. Algunas inversiones en Eskola 2.0 deberían ser revisadas, concretamente en las secuencias didácticas (ODEs), magnificadas para lo que aportan tecnológica y metológicamente (ya queda lejos el final de los “noventa”) , y redirigirse hacia plataformas que aporten recursos de los que carecemos, como Google Apps que soluciona el problema de las cuentas corporativas, identidades  y permisos o  eyeOS, escritorio open source, o la opción  novedosa GNOSS para  trabajo en red.  Pero  ya no ocurrirá en esta legislatura, nos acaban de dar  Liferay, Moodle y nos mandan un día de éstos “Alfresco”.

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